La última demanda impuesta por Neymar contra el Barcelona, al que reclama ahora 3,5 millones de euros, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la directiva cule, que ya si que descarta su fichaje para las próximas ventanas de transferencias.
Ni Messi parece que pueda solucionar un problema que parece más una pataleta que un tema serio como es lo judicial. El futbolista del PSG tendría cierto resquemor por no haber podido firmar por el club catalán el pasado verano, por lo que ha decidido seguir adelante con las demandas y demás, para reclamar lo que considera que le debe el equipo azulgrana.
El problema para Neymar es que parece que su segunda etapa en el Barcelona no será posible, al menos en un futuro próximo, lo que da ciertas esperanzas al PSG para proceder a su inmediata renovación.