El Barcelona es un polvorín en estos momentos, y es que tras perder LaLiga a manos del Real Madrid, se avecinan cambios importantes en la escuadra azulgrana.
Messi, ayer tras perder ante Osasuna, dio rienda suelta a su enfado y lanzo dardos envenenados que tenían dos objetivos, la directiva de Bartomeu y Quique Setién.
Esta frase del astro dictó sentencia para el actual míster azulgrana: “lo dije hace tiempo que si seguíamos así sería muy difícil ganar la Champions y no ha dado ni para ganar la Liga. Y si no reaccionamos no ganaremos ni al Nápoles”
El argentino no está cómodo con el cántabro ni con su segundo Eder Sarabia, por lo que con estas palabras buscaría el adiós del actual cuerpo técnico, ya que considera que con él en el banquillo no ganarán la Champions League.
Por su parte, Bartomeu entiende al futbolista, al que por otra parte negocian para renovar, pero no tomarán una decisión al respecto hasta finalizar la temporada, y es que nadie garantiza que cambien las cosas en unas semanas para afrontar con garantías la máxima competición europea.
Con esta tensión se despide el Barcelona de LaLiga, y lo que es peor, dejando una imagen terrible y nada del juego bonito que prometió Setién cuando se hizo con el cargo.
La pelota está en el tejado de la directiva, que podría marcarse un año en blanco si no consiguen hacerse con la “orejona”. Messi y Suárez ya han opinado al respecto, Bartomeu tendrá que decidir.