El Real Madrid continúa naufragando en la irregularidad y es que ni siquiera Zidane, el técnico más laureado de la historia blanca, ha conseguido hacer levantar el vuelo a los blancos en su segunda etapa en el banquillo.
El futuro del equipo pasa por el adiós de los pesos pesados, que acaban contrato o apuran sus últimos vínculos, además de firmar nuevas caras y apostar por el talento joven. Todo esto requiere también un esfuerzo del club y de Florentino Pérez, y es que esta renovación afectaría al banquillo.
Con Ramos pendiendo de un hilo y con su carrera ya finalizada, a falta de saber si sigue otro año o no, el Real Madrid debe trabajar ya en la que será la plantilla de los próximos años, apostando por defensores comprometidos y sobre todo sumar gol.
Desde la marcha de Cristiano y pese a los intentos de Benzema por cuadrar los números, el Real Madrid ha perdido fortaleza ofensiva y no solo en el número de dianas por encuentro, qué también, si no que ya no dispone de un jugador referencia a nivel mundial que pueda sacar él solo un partido adelante. Si a esto le sumas fragilidad defensiva y cansancio de los tres tenores de la medular, los que hacen jugar, ya que tampoco hay recambio para Kroos, Modric o Casemiro, lo normal es lo que está ocurriendo, un equipo inoperante al que cualquiera puede hacerle frente.
Cuando Zidane regresó parecía que la renovación comentada por todos los estatutos del club de Chamartín se haría efectiva, pero nada más lejos de la realidad. El técnico siguió apostando por la vieja guardia dejando ir a las grandes promesas del fútbol de los próximos años como Reguilón o Achraf, y dando preferencia a un venido a menos Marcelo y un jugador de cristal como es Dani Carvajal. Precisamente en el lateral derecho es donde está teniendo más problemas el francés, y es que sin contar con Odriozola como segunda opción, decidió reconvertir a Lucas Vázquez, su jugador comodín, en carrilero.
Ahora y tras estar cerca de fracasar el proyecto de esta temporada, sin Copa ni Supercopa, a 8 puntos del Atlético y con un duro camino en la Champions League, parece que llega una nueva despedida del míster francés, que en su segunda etapa no ha conseguido convencer ni a sus propios pupilos de su idea de juego.
Acompañando a Zidane deberán salir varios futbolistas al término de la presente temporada, algunos por próxima finalización de contrato, como Lucas Vázquez, y otros por un triste rendimiento como Isco, Mariano, Militao o Marcelo entre otros.
A todo esto hay que valorar los cambios que se avecinan por circunstancias ajenas a cuestiones deportivas, y es que jugadores como Varane, dispuesto a probar suerte lejos del Bernabéu, o Sergio Ramos, al que hemos citado anteriormente, aún sin renovar, dejarían mermada la zaga blanca.
Quedará por ver qué pasa con los cedidos y si finalmente tendrán sitio en el plantel merengue, y es que tanto Ceballos como Odegaard y Jovic aspiran a continuar con su carrera en la capital de España.
Pero todo esto no es sorpresa y el Real Madrid lo sabe, de ahí que haya guardado efectivo para comenzar una renovación que llega muy tarde, pero cómo dice la frase célebre “más vale tarde que nunca”. El mercado está que arde y parece que la mejor opción, visto lo visto, más que apostar por un fichaje que se lleve todo el presupuesto, sería sumar varios efectivos de calidad para reforzar todas las demarcaciones.
El tiempo dirá si la estrategia de Florentino de esperar hasta final de temporada para despedir a Zidane sirve de algo o complica más las cosas, lo que está claro es que la famosa flor del técnico galo que le acompañó en su primer ciclo triunfal ya hace tiempo que se quedó mustia.